José Saramago

José Saramago

“Vayamos al futuro de esta misma mañana; no para quedarnos en él, sino para ser su molde humano, y merecer los elogios que nos dediquen en sus libros de historia los habitantes de dentro de mil años, si los hay, si queremos que los haya. Ese tiempo, mil años adelante, será nuestro punto de referencia, nuestro objetivo temporal; pero no será nuestro techo; nuestro techo lo irán elevando nuestras cabezas con nuestro crecimiento de personas pensadoras, vivas y activas. Nuestro techo será el luminoso firmamento que intuimos más alto aún de lo que vemos, los obligados confines imposibles”. El contenido de este párrafo que acabo de escribir, su intención de progreso colectivo, me ha sido dictado por los sucesivos pensadores que he ido conociendo en sus dichos, pero, sobre todo, en sus hechos. Uno de ellos, sin duda, el premio Nobel que mejor uso hizo de su premio, subiendo a la tribuna que el premio le concedía para defender a los de abajo, constituidos en forzoso pedestal de los de arriba.