Pedro Sevylla
La Crítica
El crítico no es la brújula, ni el viento, ni la vela, ni el remo; pero tiene un poco de ellos y ayuda al velero a navegar. PSdeJ
Las críticas
Escribo críticas y las recibo. Trato en ellas de ayudar al escritor, ofreciéndole una visión ajena, razonada y neutral de su obra. Pretendo con ellas ayudar al lector hablándole sobre el contenido y la forma que encontrará en sus lecturas, señalándole claves que le permitirán encontrar lo que el autor puso. Las críticas recibidas, por lo general fueron conocedoras y experimentadas. Es cierto, sin hacer de estrella polar, me orientaron.
Pedro Sevylla de Juana EN EL CORAZÓN DE BRASIL (Epílogo de Renata Bomfim)
Como has podido ver, lector, «BRASIL, Sístoles e diástoles» es un libro singular, decisivo, concluyente. Originalidad al servicio de una prosa y una poesía hermanadas: relatos autónomos cerrando cada apartado, y un poema con introducción y conclusión explicativas. Destacan en el libro, aspectos como el engarce de los elementos constituyentes, la cimentación de una cosmogonía que convierte al yo lírico en poeta/profeta, poniendo la mirada y la intención en cuestiones sociales como la pobreza y el hambre, de modo que enfrenta a los lectores con sus propios conceptos y sentimientos humanos. El ejercicio convivencial se instaura en la interrelación y en las palabras que la propician, empujando a los humanos -viajeros estelares- por caminos inusitados.
Un texto debe ocultar a la primera mirada, al primer encuentro, «la ley de su composición y las reglas del juego», como destaca Jaques Derridá en «La Farmacia de Platón». Así nos encontramos con un Pedro Sevylla muy diferente al de sus obras poéticas anteriores: artífice múltiple, objeto de interpretaciones diversas y complementarias
El escritor español, al referirse al Brasil, muestra sus vivencias, fruto de la captación de los ritmos, sabores y colores de un País, el mío, que no permite una fácil definición. Para ese cometido, fue preciso que Pedro Sevylla explorase el devenir brasileño, caminando por campos y ciudades, entrando en el pensar de las gentes, lo que permite a las palabras expresar la agitación del corazón. Me siento feliz por haber recorrido la senda creativa del autor en la composición de esta obra. La curiosidad por la cultura, permitió escrutar, como buscador de oro, plata o diamantes, las riquezas de cada región brasileña, hasta llegar a Vitória, ES, atraído por la Ley de la Gravitación Universal; desde cuya Bahía ascendió el «Nova Era», su velero cósmico.
Estamos ante el creador de un hombre igual y diverso: pan hecho de las harinas de todos los cereales -igual composición distinta estampa- cuando aún no existía la especie humana. Conformado el hombre, viene la necesidad de crear a Dios. En el poema «El primer principio», la mente descansada crea un Ser «único y primigenio», y a partir de ese acto fundacional, puede poner en marcha, con todas las prevenciones posibles, la «Sociedad Global».
En las «noches mágicas y míticas», la mujer amada surge en los sueños imprecisos y repetidos del yo lírico. Soñando con el eterno femenino el milagro sucede: «El triunfo de la primavera». Música, color y bienestar, pasan a formar parte de ese Universo que, antes solo conocía los «hielos invernales». La «Utopía llega a ser alimento y esperanza de criaturas» que, sedientas de amor y justicia distributiva, ansiosas de sembrar «la paz, el perdón, la valentía, la libertad», inician un camino en busca de sí mismos. El «economicismo» hace que el corazón del yo poético» se agite de agonías», «la economía de mercado» empuja la deriva de los continentes» y «acelera el paso del Universo». El «hambre» dos sílabas tan solo, se vuelve palabra de orden en un «recuento incesante de la realidad trágica».
Ante ese escenario el yo lírico se posiciona. El poema «Vengo a decir» apunta al origen del problema: «las carencias de los necesitados parten de la mala distribución de la abundancia», el yo poético exige leyes que acaben con la acumulación y el despilfarro. Es el «grito» del hombre decidido, el que da voz a las criaturas humanas y no humanas. La humanidad necesita avances, ese es el movimiento de Diástoles, expansión que convierte la vida en arte y el arte en vida. Emergen como espacios privilegiados de la inspiración de Pedro Sevylla, Os Sertões, São Paulo, Rio, Bahia, Pernambuco, Espírito Santo y, especialmente, la Isla de Vitória. Es ahí, donde conoce a personas admirables, cargadas de ilusión, visitando las turbadoras Comunidades Verticais; y a esforzados intelectuales de la investigación, la creación y la docencia.
El yo lírico explaya sus sueños y dialoga con Manuel Bandeira, Carlos Drummond, Cecilia Meireles, Hilda Hilst, Castro Alves, Gilberto Freyre, Euclides da Cunha, Guimarães Rosa; a quienes ha leído y traducido al castellano como testimonio de admiración y aprecio literario.
Conferenciante, también, sobre su propia obra en la Universidade Federal de Espírito Santo; el conocimiento de sí mismo acerca al poeta a la revelación: momento epifánico en el que vislumbra «El rostro del Universo»: carne, sangre, espíritu; belleza que es el canto del alma innombrada. Pero, esa no es aún la visión concluyente del misterio universal, pues, acercándose a la faz de la belleza, el poema se acerca a la hondura de un beso de eternidad, donde vislumbra también, el imposible fin de ciclo. Transmutado por las experiencias vividas a intervalos desiguales: amor, dolor, desilusión y esperanza; siguiendo impulsos razonados y emocionales, el yo lírico cumple su destino.
Todo fin presupone un nuevo comienzo. «El vuelo del velero Nueva Era», largo poema épico, da fin a la parte poética del libro. Entre vibrantes ejecuciones musicales, describe la desesperada huída y el esperanzado retorno a este planeta nuestro, herido de muerte por la acción destructiva del hombre. Un hombre que es culpable y víctima inexorable. Un planeta sumido en la angustia de la mayoría, empobrecida por la acumulación extrema de las riquezas. El vuelo del velero recorre el espacio existente entre la escapada del desastre y el regreso a un planeta reverdecido, casi intacto.
Renata Bomfim es Mestre e Doutora em Letras pela Universidade Federal do Espírito Santo/UFES. Professora de Literatura na Universidade, escritora, ensaísta, poeta e acadêmica da Academia Femenina Espirito-santense de Letras, cadeira 16. Membro do Instituto Histórico e Geográfico do Espírito Santo e da Academia Mateense de Letras. Educadora socioambiental e editora da Revista literária Letraefel.
Prefacio de Brasil, Sístoles y diástoles Por Francisco Aurelio Ribeiro (Professor e Doutor em Letras. Presidente da Academia Espírito-santense de Letras) Vitória do Espírito Santo, fevereiro de 2016.
Pedro Sevylla de Juana, escritor espanhol nascido em Valdepero, província de Palência, na Espanha, me pede para fazer o Prefácio para seu mais recente livro, esta obra magistral «Sístoles e Diástoles», que tendes em mãos.
«Sístoles e Diástoles» é uma obra híbrida em todos os sentidos, pois mescla espanhol e português, poema e prosa, filosofia e literatura, realidade e imaginação, subjetividade e objetividade, individualismo e socialismo. Pós-moderna em sua essência, apresenta a inquietação própria de nossa época, o deslocamento clássico de estilo, «em que o individual e o coletivo, o expressivo e o linguístico, o mimético e o abstrato conheciam um relativo equilíbrio» (cf. SUBIRATS), no ecletismo linguístico e temático em que se estrutura.
Na primeira parte, «Sístoles», constituída de 16 poemas em tamanhos diversos e um texto em prosa poética («A visita do Deus»), o poeta busca recriar o que chama de «movimentos sistólicos (que) concentram o universo, desde um instante anterior ao ponto de não volta na expansão, até conseguir que toda a matéria e a energia toda ocupem um espaço mínimo». Assim, os poemas iniciais têm uma marca filosófica do princípio gerador do universo e seus títulos dialogam com o conteúdo ontogênico dos seres: «O homem essencial», «O primeiro princípio», «A humanidade e as suas coisas», «O mito da amada», «O triunfo da primavera», «O jogo da vida», dentre outros.
O que caracteriza a poesia essencialmente como gênero literário é a sua natureza mimética (Platão e Aristóteles), ética (Horácio) e estética (de Vico aos nossos dias). Como «Vida é obra, e obra é vida», a poética de Pedro Sevylla de Juana aglutina todos esses elementos. No primeiro poema, por exemplo, há a temática da criação do homem, o que remete ao mito bíblico, sob uma perspectiva socializante: o homem é fruto do trabalho de Deus, pão cuja única diferença é a cor/crosta, cuja substância não varia. Esse homem criado por Deus luta com a natureza e cria os rituais de celebração, as leis e os ofícios, «a organização social, a administração da justiça, a liberdade de eleição e a igualdade na linha de partida» («O primeiro princípio»). E assim surgem a família, os clãs, as castas, a humanidade, a hierarquia, o comércio e o preço das coisas. O poeta/profeta, no entanto, alerta em dicção profética: «Mas se queremos que a gente modifique sua maneira de ver as coisas e avalie atributos primordiais como a beleza das linhas, a utilidade prática, o som do vento ao abraçar sua superfície, a suavidade do tato, a natureza da substância originária, devemos tirar o preço que um dia se pôs às coisas» («A humanidade e as suas coisas»).
Pedro Sevylla de Juana vai elaborando sua poética e reconstruindo em cada poema elementos dos textos bíblicos, do Gênesis ao Apocalipse, revelando-nos que não são as coisas, por si mesmas, que provocam o ser humano, mas os aspectos transitivos das coisas, através dos quais elas se materializam e se manifestam, provocando nossos sentidos, nossa sensibilidade ou nossa consciência. Em alguns poemas, há o predomínio do eu, da subjetividade, «O rebanho ao que pertenço», «O economicismo e eu», em outros, é explícita a preocupação com o outro, o olhar sobre o mundo: «Fome», «As mães famintas». A primeira parte encerra-se com um texto em prosa poética, «A visita do Deus», que trata da criação do elemento divino e de suas repercussões entre os homens. Texto mitológico, onírico, apocalíptico, estranho como o próprio homem, o único animal realmente fantástico segundo Sartre, pelo uso da imaginação.
A segunda parte, «Diástoles», que, segundo o autor, é «tendência centrífuga cujo ponto extremo resulta impossível de manter no tempo sem escapar à lei da Gravitação Universal, momento no que se iniciam os movimentos sistólicos de concentração. E assim uma e outra vez», o poema inicial é «Vida é obra, obra é vida», que tem como tema a professora e escritora brasileira Ester Abreu Vieira de Oliveira. Não por acaso, o poema está no centro da obra e inicia o segundo movimento da obra de Pedro Sevylla de Juana em que português e espanhol se amalgamam como no princípio dos tempos em que era uma e mesclada. Os outros poemas «A vitória do desejo», «O sonho do escravo», «A eterna fugacidade», «Transparente confusão» e outros tematizam figuras, imagens, recorrências de dois mundos, Europa e América, de dois tempos, passado e presente, de dois enfoques, o eu e o outro, não fosse toda a obra de Pedro Sevylla um duplo, sístole e diástole de dois mundos, o real e o imaginário.
Belo exercício de metalinguagem pode ser lido no texto poético, reflexivo e filosófico sobre os «Trabalhos do Tradutor», uma verdadeira aula de como se fazer um poema sobre as dificuldades de se traduzir um poema de outra língua, tema pouco usual na poesia. Também em «O meu sonho sertanejo», uma excelente contribuição à leitura da obra de Manuel Bandeira, um dos maiores poetas do Modernismo brasileiro. Em «O último clochard sobre a terra», Pedro Sevylla homenageia o homem simples, filosófico, desapegado de bens materiais, que escolheu uma esquina de Villeneuve sur Lot, na França para viver seus dias, enquanto em «Solta de pombas», os homenageados são os poetas líricos de lá e de cá: Joaquim Machado, Cecília Meireles, Castro Alves. Em «O rosto desvelado», o poeta encontra no amor «O rosto do universo» e em «Morri», que pretende ser seu último poema, póstumo, faz a síntese entre as imagens de Brasil e Espanha, de sítios históricos e imaginários, de pessoas, sentimentos e coisas de ambos os mundos, uma suprarrealidade só possível pela imaginação e pela paixão. Nele o autor se permite sonhar uma saída para o Brasil, a mesma cruz delineada por Gilberto Freyre: «equilíbrio harmônico, conjunção ajustada de elementos múltiplos. E o equilíbrio instável e ativo, recomposto depois de cada dispersão».
Após mais dois poemas antológicos, repletos de referências intertextuais, «Um passeio pelo campo-santo» e «A lei da Gravitação Universal», chega-se, com pena, ao texto final «O elevado voo do veleiro» e como um novo Rimbaud somos levados pelas velas da imaginação do poeta e nauta Pedro Sevylla de Juana a singrar os mares da pura poesia. «O papel do poeta é inventar a poesia», disse Suhamy, e assim o faz Pedro neste seu último poema, segundo ele, gestado por seu iberismo cultural, seu universalismo, que o levou a buscar as fontes de sua poesia em terras de Espanha, Portugal, França e Bahia. No entanto, foi o Espírito Santo, a terceira pessoa da Santíssima Trindade, que nomeia nosso estado,nas montanhas capixabas, que lhe veio o sopro inspirador para criar o barco da «Nova Era».
Pedro, espero que os leitores de seu magistral livro gostem tanto dele quanto eu, e que saibam ver e sentir nele muito mais do que consegui expressar nestas linhas introdutórias. Um forte abraço do
Francisco Aurélio Ribeiro (Professor e Doutor em Letras.Presidente da Academia Espírito-santense de Letras) Vitória do Espírito Santo, fevereiro de 2016.
DEL ELEVADO VUELO DEL HALCÓN
Libertad y osadía literaria Blanca Vázquez El gusanillo de los libros y La República Cultural
«En mi opinión, somos hijos de un pretérito que es el de la humanidad entera y el del Universo al completo, producto de unas normas naturales en las que el azar juega un papel primordial….» dice el poeta, novelista y ensayista Pedro Sevylla de Juana en «Ad memoriam», ensayo previo a la novela que me ocupa, Del elevado vuelo del halcón, (2008). Y esa persistencia en indagar sobre el hombre (término que engloba por igual a la mujer), su procedencia, sus metas, sus equivocaciones, sus dudas existenciales, sus caídas y sus altos vuelos, y sobre todo su caverna familiar, su entorno próximo, es la piedra angular de su escritura, no importa el género literario en el que se sumerja.
Poeta hasta la médula: «La poesía adopta a la realidad, la amamanta, la acuna, la desnuda, y la hace suya, recreándola. La poesía es cangilón, es vasija, es vaso; y el poeta es arcaduz que entrega su mirada, su sospecha, sus sueños y quimeras, su saber y entender, su sentir, su deseo de amar…» Sevylla de Juana hace de su prosa novelada, poesía. Puesto que es en clave de lingüística poética como se cuelan en nuestra mirada lectora palabras dotadas de elevada densidad, fabricadas al fuego tranquilo que va deshaciendo en cenizas las miradas interiores y exteriores en torno al pater caído de una familia de hoy, en una gran ciudad tal que Madrid.
Vengo de estar con un libro difícil, tornasolado con intensidad de pensamiento, llagado de realidad y vida, con los altibajos y alegrías, con las historias cotidianas de una familia medioburguesa que se orilla en la cuerda floja. Decía que no es un libro fácil porque no tiene reglas. Porque es una cascada de prosa derramada, (me ha recordado a la densidad metafórica de la Nobel Elfriede Jelinek), aunque déjenme aclarar que nos encontramos ante un caos primorosamente ordenado. Si les gusta romper los mandamientos del lector estándar, súbanse a esta montaña rusa. Y nadie a quien le gusten romper las reglas como a mí, en literatura y en lo que se tercie.
Del elevado vuelo del halcón fluctúa entre múltiples tonalidades, las que da Pedro Sevylla de Juana a través de sus personajes a los numerosos capítulos, aunque todos comparten el mismo color base, el gris marengo que arrastra Juan Frías Blanco, desde aquel fatídico diciembre en que es despedido de su puesto directivo a los cincuenta años. En este Madrid amable que la competitividad hace inhóspito se moverá Juan como pez en el desierto, entre entrevistas y pruebas de selección, entre promesas hipócritas de un «le llamaremos». Mientras su familia, su mujer, e hijos, (incluso los muertos), se asoman ante el lector, contando sus cuitas, formando la historia, la de Juan, la de ellos, y la nuestra casi. Entre todos el abuelo anda de aquí para allí, como niño travieso, como ficha de parchís, donde le toca. Pero regala, este simpático mayor, a los destinos de los personajes un poco de historia con sus dichos y refranes que hacen del abuelo Miguel un apoyo en la tierra, en la lengua de nuestros antepasados y cruza puertas de ciencia ficción con su descubrimiento, mientras curioseaba en unas obras del Ayuntamiento, de unos escritos enterrado sobre un refugio atómico de nuestro querido y añorado dictador. El abuelo Miguel, soñador marinero que quiere «zarpar hacia tierras ignotas en inciertas singladuras».
Capítulo a capítulo, la prosa baila entre dejes preciosistas, de grandes alardes, una pizca resabida y sentenciosa por momentos, lo que perdonamos porque nos gusta saber, conocer, descubrir, redescubrir el vocabulario y los bosques y valles de metáforas y ripios. El Juan halcón no es solo un trabajador despedido que desciende la escalera de la fortuna y la autoestima entre trabajos menores, es también un descubridor de la vida después de tanta dedicación al trabajo-deber, y por tanto un novato descubridor del arte, el de la pintura por ejemplo, o el arte de la reflexión y la comunicación con su manada, su familia. Opina Milan Kundera que en una época de excesiva división del trabajo, de especialización desenfrenada, la novela es una de las últimas posiciones desde la cual el hombre puede aún mantener relaciones con la vida en su conjunto. Es lo que hace este escritor palentino de Valdepero, estudiar al hombre y su sociedad en un zigzagueante traspaso de personajes y situaciones, como una montaña rusa apuntalada en el azar. Sucede que el día a día cuenta con muy pocas escapatorias, y nadando en elemento tradicional se adscribe una novela moderna en su arquitectura. ¿No es acaso el novelista un explorador de la existencia?…»Quise aproximarme al hombre arañando su impenetrable coraza, y para abrir las mentes cerradas a la mínima emoción hube de punzar corazones que destilaban fluidos purulentos», confiesa el autor sobre su obra poética. Blanca Vázquez El gusanillo de los libros y La República Cultural
AD MEMORIAM
Clemente Barahona (El norte de Castilla Cultura)
No me canso de leer a este escritor de Fuentes de Valdepero, afincado en El Escorial. De hecho el primer libro que comenté en esta columna se titulaba: » En torno a Valdepero», y él mismo dice en su página web que: » El entorno de donde arranca mi escritura, objeto a menudo de ella, es un pueblo próximo a Palencia por el lado norte, situado al borde de la carretera que va a Santander, antiguo camino real de Cantabria «
Este mismo año he tenido el placer de leer otra de sus obras, que llevaba por título: «La musa de Picasso», un libro de relatos de alto valor literario. Ahora ha publicado «Ad memoriam». La dedicatoria con la que abre esta novela ensayo y biografía, no sé si existe este subgénero literario, es significativa y reza así » A la generación de mis nietos, que deberá hacer y exigir mucho más que la nuestra para reducir las crecientes diferencias sociales». Aquí podemos ver la preocupación social de este autor.
Alba Gutiérrez Peña, la protagonista o conductora de esta historia, ha cumplido veintitrés años de edad, es una universitaria lógica y racional, poco emocional aparentemente, huérfana de unos padres muertos a deshora como ella misma nos dice, y criada bajo el amparo y el cariño de sus abuelos maternos. Necesita saber algo o mucho más de sus progenitores, Cesáreo y Úrsula, pues la ausencia de recuerdos le produce una gran zozobra. Siempre le llamó la atención su original forma de vida, la irregular pareja que formaban, él un escritor y ella una arqueóloga aventajada, y ese silencio indescifrable por parte de sus familiares más cercanos. El germen de este libro que comienza a escribir Alba, está en un trabajo escolar de unos cuantos folios que escribió cuando contaba con dieciséis años.
El objeto de estudio y de investigación es la vida y obra de su padre, ese escritor y filósofo un tanto enigmático. Aquí nos encontraremos con un análisis pormenorizado de esas preguntas esenciales y existenciales que el ser humano se hace desde que tiene conciencia de sí mismo. Y además podremos leer un sosegado y verdadero análisis de nuestra sociedad. No faltará esa crítica social tan necesaria en estos tiempos de adormecimiento y pensamiento uniforme. Sin duda, es una parte muy jugosa de este libro. Unas reflexiones sin desperdicio y de gran didactismo. No podía faltar el tema del amor, uno de los ejes de la literatura, pero aquí es un amor maduro, libre y responsable. Un amor que hay que edificar, cultivar o reinventar cada día. Al final, el azar también tiene su protagonismo estelar. Pedro Sevylla de Juana, una vez más, no defrauda sino todo lo contrario. Merece la pena su lectura. Clemente Barahona (El norte de Castilla Cultura)
LA MUSA DE PICASSO
Giunta alla seconda edizione nel giro di pochi mesi, l•ultima raccolta di racconti testimonia del favore di un pubblico di affezionati lettori di questo autore vagabondo, attualmente residente a El Escorial, dopo aver vissuto a Valladolid, Barcellona, Madrid, Parigi, Amsterdam, nonché in Svizzera, Portogallo, Marocco. Un autore che ha al suo attivo dieci romanzi, riconoscimenti quali il premio Ciudad de Toledo per il romanzo nel 1999 e quello Internazionale «Vargas Llosa» per il romanzo nel 2000, finalista nel 2005 del premio per il romanzo Ateneo-Ciudad de Valladolid. Gli undici racconti de La musa di Ricasso spaziano da scenari che vanno da Ginevra a Roma, durante gli ultimi giorni di papa Woytila, da una ricostruzione non consueta dell•attentato dell•11 marzo, vista da un arabo vittima dell•attentato, alla originale analisi della figura di Picasso, il primo racconto che dà il titolo alla raccolta. In tutti Pedro Sevylla persegue la propria ricerca sulla complessità umana, esplorata nelle sue sfaccettature e nella sua omogeneità di fondo. (C. Camplani) Notiziario 27 Consiglio Nazionale delle ricerche ISTITUTO DI STORIA DELL•EUROPA MEDITERRANEA
LA DERIVA DEL HOMBRE
Ciento nueve poemas en prosa de una belleza inclasificable y personalísima. Filosóficos, vitalistas, vigorosos, sus poemas buscan en un universo inabarcable y exploran las distintas vertientes de la existencia.
La muerte forma manojos con los cuerpos: manos asidas a los brazos, brazos aferrados a los cuellos, cuellos unidos a los labios y los labios mordiéndole a la vida el amor enamorado. (Revista Alhucema nº 16)
Los libros en Radio Cinco, Radio Nacional de España.Por Sabas Martín.
Voz transcrita:
Con una poesía que participa a la vez de los registros de la poesía, la prosa y la reflexión ensayística, Pedro Sevylla de Juana ofrece en La Deriva del hombre, una singular propuesta de emigración de géneros por más que anclada decididamente en el decir poético. Poeta y novelista, nacido en Valdepero, Palencia, en 1946, Pedro Sevylla de Juana propone en La Deriva del hombre, una poesía de búsqueda, de síntesis y de exploración en los rostros múltiples de la existencia; unida a una inbricación activa del ser en la realidad del Universo.
Publicada por la Editorial Devenir, La Deriva del Hombre, de Pedro Sevylla de Juana, aparece como una obra original y diferente dentro del panorama de la actual poesía en español.
El título nos remite a la deriva, al transcurrir del hombre sobre La Tierra y, como decíamos, uno de los elementos que singularizan este libro, es la peculiaridad de su escritura, en la que narración y ensayo adquieren la belleza de la poesía y la ductilidad de la prosa. Concebido como la suma de cuatro libros, el primero de ellos, Amanecer de pan y simiente, predominan los poemas en tercera persona con un sujeto plural colectivo como protagonista inmerso en los ciclos de La Tierra. En La Aldea itinerante, Pedro Sevylla de Juana, nos ofrece una sucesión de textos, caracterizados por la disparidad geográfica: de Acerbayan a El Escorial, de Nairobi al Tibet, los poemas componen una geografía múltiple y diversa como escenario en el que confluye el ser.
Mis pies sobre la Tierra, tercero de los libros de La Deriva del Hombre, manifiesta de forma directa, con el uso del yo sujeto, la intimidad del poeta revelándose en la expresión conjunta de Experiencia y Pensamiento. Finalmente, Crecido a la intemperie, resume esa mirada del ser como un todo inabarcable, donde el transcurrir de la vida refleja la precariedad y la incertidumbre, el ansia de convertir en único destino, deseo y realidad, lo intangible y lo cierto. Con esos elementos, Pedro Sevylla de Juana, construye en La Deriva del hombre, una intensa y sugerente obra poética, escrita en prosa y llena de matices reflexivos. Sabas Martín, Radio cinco, Radio Nacional de España.

Denis Diderot *oil on canvas *81 x 65 cm *signed: L. M. Van Loo / 1767
La Deriva del Hombre
Manuel de la Puebla, profesor, editor, poeta, ensayista y crítico literario. Revista Ceiba Universidad de Puerto Rico
En una primera impresión el libro impacta por la intensidad del pensamiento y el dominio del lenguaje. No es obra librada a la improvisación., hija de un arrebato romántico; sí de una pasión duradera. Aunque nos deslumbra a veces con disparos geniales, el discurso proviene más de la reflexión que del relámpago. Obra del tiempo, como se aclara en la contraportada: «El autor recoge en el presente libro el trabajo de los últimos diez años y la filosofía destilada en el alambique de la vida, sumándose así a las vanguardias poéticas actuales».
El libro no es obra de fácil clasificación. Pertenece al ensayo por el carácter expositivo, diseminado en numerosos fragmentos. A la filosofía, por la visión y enjuiciamiento de la realidad. Y pertenece a la poesía -la clasificación que prefiere el autor- porque muchas de las ideas son poéticas en sí mismas y porque configuran un ente poético, lo exhiben y lo modelan, y porque lo hacen, además, en el lenguaje más original y adecuado: el de las imágenes, nuevas, frescas, audaces; sin importar la forma aparente de la prosa en que están escritos los parágrafos, porque esa prosa lleva un ritmo, entonación y volatilidad propios de la poesía. Es, además, todo el libro, una autobiografía y una poética.
Vislumbro en él un proceso que se desarrolla en círculos concéntricos. Uno que ata la infinitud con la individualidad; otro la universalidad con el poeta, y el de la cosmogonía fundante que absorbe lo biográfico.
En cuanto a la estructura externa, la primera de las cuatro partes «Amanecer de pan y de simiente» es la más densa en la relación, en la expresión conceptual y en el envolvimiento poético, correspondiente al nacimiento. La segunda, «La aldea itinerante», es una ampliación del itinerario personal en el mundo cultural y humano. La tercera, «Mis pies sobre la tierra», es la fijación en la historia humana, y en la vida, mediante una caracterización muy acentuada del sujeto hablante. Y la cuarta, «Crecido a la intemperie», pertenece a la misma naturaleza que la primera: meditación, visión filosófica, interpretación racional y poética. El todo constituye una parábola sintetizada del hombre.
Desde las páginas iniciales de la primera parte he visto el reflejo de un saber preciso e inmenso; reflejo de un pensar profundo, tan seguro en sus afirmaciones (esta es una palabra clave) que parece el discurso de un visionario. El pensar y el decir parecen simultáneos. Simultáneos van también la filosofía y la poesía, en un sintético desove del espíritu. Es el poema del génesis; la ordenación de un mundo que nace en la eternidad y se desarrolla en la infinitud. Posee, por eso mismo, un aliento cósmico, ámbito natural del pensamiento anterior a la palabra. Mundo naciente en un momento clave, origen del tiempo historiable, sujeto ya a los números. Pensamiento y poesía son simultáneos, dije, porque al nacer, al recibir la luz, están revestidos de imágenes, porque nacen de la unidad en donde el lenguaje se origina. La eternidad, la infinitud, lo cósmico y lo telúrico, se entretejen para formar un universo conceptual, inabarcable, en el que participan todas las cosas y hasta las contrarias adquieren sentido.
Después del impacto del primer capítulo, al caminar por el segundo se advierte un descenso en la intensidad (poética y filosófica), aunque el pensador y el poeta que hay en el hablante capten el mundo visto en los viajes en forma trascendente y el libro recoja la dispersión geográfica del hombre primitivo y el permanente mestizaje que explican al hombre actual. Se reconoce en Pedro Sevylla al observador y al informador bien capacitados. De modo que el contenido, más propio de un libro de viajes que de un texto de pensamiento y de interpretación poética, da sentido al título y lo justifica: «La deriva del hombre», término marinero que expresa la distancia existente entre el punto de destino y el punto de arribada, entre lo deseado y lo conseguido».
En la tercera parte se entrelazan fragmentos narrativos con descripciones breves y notas de carácter autobiográfico. Aquí se ve el nacimiento de la vocación poética, el mundo de sus lecturas y el de su educación; la filosofía de vida y las reflexiones de orden social que conducen a la caracterización profunda del poeta.
La cuarta, de la misma naturaleza que la primera, se resume en la entrada del ser humano en la existencia, la acomodación suya en el mundo y su desarrollo; en la realización de una obra como función creadora y el traslado de lo aprendido a los que le suceden. A ese ser le corresponde la imagen de ente superior, aunque fluctúe entre ilusiones y crisis, dudas y claridades, encuentros y rupturas. Para pasar, a continuación, de esta figura modélica a la representación del sujeto hablante, en sí mismo y dentro de la sociedad. En ella perdura la atadura con el pasado, que fija los carriles al presente y al futuro.
«Hierve el hombre de entusiasmo, puchero expuesto al sol rojizo del estío, y se agita como un niño obstinado, insatisfecho y crítico, que quiere ver plegado el universo mundo a su capricho. Portador de un cántaro de luz sobre la cabeza, lo vacía insistente y obsesivo, lago oscuro de la noche interna».
«El hombre, la persona -no el dios, el semidiós o el héroe de leyenda- el individuo, el prójimo, el ser humano, alberga en el altar erguido de su pecho una dolorosa incoherencia: ama al animal que lleva dentro y, sin embargo, desea distanciarse al menos veinte metros». (p. 105)
Se trata de un ser que ha superado «los antiguos conceptos, las normas que no regulan ya lo irreprimible» (p. 106) El hombre posee una libertad omnímoda que Pedro Sevylla de Juana ve confirmada en el arte y en la redacción de la doctrina universal innovadora.
Estas ideas le conducen a la reafirmación de la grandeza humana y «en ese momento culminante, olvidando antiguos sinsabores, la filosofía, la técnica y el arte -como suele ocurrir cada dos o tres generaciones- entre aspavientos renacen».
Como descansos de una línea tensa expositiva, aparecen algunas páginas hermosas, dedicadas al silencio, a la soledad, a la época de la cosecha en Tierra de Campos o El Cerrato, tormenta y sequía; a las que se suma la apocalíptica escenificación provocada por el terrorismo el 11 de marzo de 2004 en Madrid.
Entre temores y dudas concluye el poeta preguntándose por el destino, el rumbo del mundo y su defensa frente a los poderosos «Quién impedirá que a nuestra arcilla vacíen en moldes inhumanos los que hacen herramientas de las vidas. Quién acogerá las excepciones, quién será de lo diverso garantía. Quién nos librará de la ortodoxia, quién nos sacará de la estadística, ¿quién sobrevivirá al sistema, si muere la Utopía?»
Con «La deriva del hombre», Pedro Sevylla de Juana añade sus versos al «inconcluso Poema que escribe sin descanso la vieja humanidad».Magnífico poema concluyente de Pedro Sevylla de Juana, que en algunos de sus versos dice así: «Hembra o varón emergidos de la bestia, vigorosa mocedad, vejez pausada, cada uno de los múltiples poetas lanza un grito de esplendor incandescente o un vagido de amortiguadas tinieblas, añadiendo al conjunto sus líneas incompletas».
«Contradictorios versos del hombre confundido». Pero»basta examinar con atención el prolongado Poema, de arriba abajo y de izquierda a derecha, para conocer el caminar errante de la tribu, el zigzagueo, la desencantada huída y el esperanzado regreso«. Revista Ceiba Universidad de Puerto Rico
Pedro Sevylla de Juana, La deriva del hombre, Madrid, Devenir, 2006,
Nato nel 1946 a Fuentes de Valdepero, presso Palencia, Pedro Sevylla de Juana ha già al suo attivo quattordici titoli, tra i quali En torno a Valdepero e El dulce calvario de la señorita Salus. In questo nuovo volume raccoglie centonove componimenti degli ultimi dieci anni, quasi tutti in prosa ma animati da una cadenza poetica inequivocabile, in cui ripercorre le tappe della deriva dell’uomo sulla terra: qui le correnti e le maree della vita lo trascinano generalmente lontano dai suoi punti d’approdo ideale, giacché deriva esprime proprio «la distancia existente entre el punto de destino y el punto de arribada, entre lo deseado y lo conseguido». Ma la tribú errante di Pedro Sevylla de Juana non riesce a sottrarsi né al fascino della terra madre, al mare solido, né a quell’imperativo che la spinge verso l’alto, verso quelle stelle e quelle nuvole che guidano i sogni del presente, del passato e del futuro di noi tutti. Spinato Bruschi. CONSIGLIO NAZIONALE DELLE RICERCHE Notiziario n22 Diciembre 2006
EN TORNO A VALDEPERO
Asombra la diversidad del conjunto, así como el sutil tratamiento del tiempo…Yves Germain UFR d’Etudes Ibériques et L.A. Université de la Sorbonne (Paris IV)
Tiene un estilo de gran vigor y el lector vive lo que cuenta. Giuseppe Bellini Università degli Studi di Milano
Clemente Barahona Cordero en la Revista Focus Libros escribe: Pedro Sevylla de Juana es un escritor con oficio y gran inventiva, y no por sus numerosos escritos, sino porque «En torno a Valdepero», su último libro publicado, así lo demuestra. Les confieso que hacía mucho tiempo que no me encontraba con un castellano tan rico, con palabras y expresiones tan profundas y bien construidas. De prosa sencilla, con un ritmo narrativo lleno de armonía o acorde a lo narrado. Nueve relatos, nueve historias nacidas de un mundo creativo rico y de una realidad subjetiva, además adornada o fabulada con una proyección universal, pues lo contado desde un pueblecito palentino, atañe, sin duda, a nuestra condición humana.
Fuentes de Valdepero es el lugar literario donde se inspiran la mente y la mano de este narrador, artesano de nuestra lengua. Villalobón, Monzón, Husillos, Paredes de Nava, el río Carrión… elementos que forman parte esencial del escenario donde ambicionan, sienten, aman y mueren esos personajes tan humanos por su grandeza, sus miserias o por su pasión irrefrenable. En todos los relatos, de una u otra forma, está presente el amor.
Se abre el libro con un monólogo interior, donde todo se entremezcla en un presente continuo, al igual que nuestros pensamientos, deseos, miedos y sentimientos, su título es «El desvariado soliloquio de Elisa». Le sigue «Tres hombres y una mujer», impresionante historia, no sé si de un amor peculiar o demasiado cotidiano. La incapacidad para comunicarnos está reflejada en «El elevado vuelo del cóndor», cuyo desenlace es conmovedor. Así hasta llegar a «El legado del rey», que cierra esta ‘novena’ literaria de calidad. No podían faltar las aventuras de dos pastores de esas tierras en plena Guerra de Independencia, ni un trágico amor de legenda misteriosa con casa encantada, cuando sopla el Cierzo.
Si usted, lector, se decide a abrir las hojas de este libro, creo que no se arrepentirá, es más, se adentrará en un mundo de ficción o en un viaje a través del tiempo y del espacio altamente gratificante. Clemente Barahona Cordero (Revista Focus Libros)
Tibet, esencia y existencia
Una visita al Tíbet se convierte, para el escritor español Pedro Sevylla de Juana, en una exploración interior a través de los recorridos del alma en su búsqueda de la sabiduría; también, el motor de una reflexión sobre la diferencia de perspectivas entre Oriente y Occidente. «Aparece el Tíbet cercado por países que flotan en el mar de la modernidad como gigantescos bloques de hielo; a la deriva si creemos la impresión recibida de los sentidos, pero con un rumbo previsto por la llamada Economía de Mercado, que hace gala en este caso de una paciencia oriental. Es posible preservar a el Tíbet de todo influjo materialista». Revista Letralia https://letralia.com/246/articulo05.htm
La mirada crítica de Renata Bomfim «Estela y Lázaro vertiginosamente»
Oír sirenas…
Los versos del poema «Ouvir estrelas», de Olavo Bilac, vate brasileño, hechizan a los lectores. La obra de Pedro Sevylla está hecha de esas materias: belleza y asombro; pero sólo el lector más despierto podrá escuchar el canto que viene de las profundidades del texto, y oír a las sirenas.
Esta novela perturba la posición del sujeto contemporáneo, vaciado de las verdades absolutas, siempre en búsqueda y en vía; Ulises buscando la única verdad capaz de salvarlo, el amor: de todos los mitos el más bello, y de todas las realidades la más cierta.
La relación de pareja aquí tratada, se revela real aunque sea virtual; y muestra el gran poder abrasivo de la palabra: Ahí destaca el poder de la palabra, el poder del deseo sobre la palabra. El efecto es muy real, demasiado real. Penetrar en la intimidad de los protagonistas, sondear sus sueños y fantasías, conocer las flaquezas y facultades, es recibir una lección sobre la autenticidad del amor, ese «não querer mais que bem querer», cantado por Camões.
El lector debe ir más allá de los juicios morales, y de las convenciones sociales, para penetrar en los arcanos de la pasión, del deseo, de la seducción y del amor: laberinto del que nadie sale como entró.
Lázaro pertenece a ese pequeño grupo de personas que desciende al ardiente crisol de la felicidad, para recoger la parte que en derecho le corresponde. Estela es Penelope para Lázaro, y la sirena que dirigía el coro, cuando, atado al palo mayor de mi barco, escuché su canto irresistible. Para Estela, Lázaro, además de manantial de placer, es el oído amoroso, el apoyo que ella necesita, un puerto en el dilatado océano de la soledad: Me gusta oírte y contarte mis cosas, me gusta que me digas palabras obscenas mientras nos acariciamos desnudos.
El erotismo en la novela llega apremiante, es el hic et nunc, el aquí y ahora del deseo más exigente. No hay futuro, y lo sabemos. Lo más importante es que existe presente, un presente continuo. La búsqueda de la libertad llevó a la pareja virtual a crear un mundo particular. No te parece maravilloso, cervatilla? […] tenemos una casa virtual, somos una pareja virtual: enfatiza Lázaro, y Estela confirma: Lo siento tan vivo que no lo cambiaría por la realidad. Unión tan fértil que llega a generar una hija virtual: Aurora. EstelaLibre, residencia de la pareja, es: un terreno de libertad, donde cada uno puede expresarse, no solo como es, sino como desea ser.
En este espacio tan privilegiado, palpita un sentimiento común de admiración, respeto, deseo, estima, amor, amistad, atracción. Y ellos se saben esposos eternos: de una eternidad que ha de durar mientras el amor y el deseo duren. Son desemejantes y lo aceptan: Mi campo de investigación es amplísimo, el cosmos en toda su magnitud. El tuyo se centra en lo doméstico, en el entorno cercano. Abarcas menos, sí; pero lo percibes con una precisión mucho mayor. Luego, extrapolando y generalizando, llegas donde empiezo. Personalidades disociadas: Se me duerme el padre y despierta el macho, el amante. Te pones asertiva y sale el maestro a enseñarte. Soy todos porque tú eres todas. Eres todas porque yo soy todos.
Lázaro ama a su esposa Amanda, la entrañable Maga: heredera de indígenas tupiniquim brasileños y continuidad de la vida; es animal, vegetal y mineral; es fuego y es aire. Es la naturaleza, lo palpable y lo etéreo. La amistad de Amanda con Sabrina Baccio revela la fuerza de la historia, capaz de unificar amor y amistad en un único sentimiento.
Lázaro encuentra en Estela el estímulo amoroso, el deseo fuerte y la acogida sexual que no encuentra en la esposa: Soy tu niña y quiero que me enseñes a quererte mejor…porque más ya no puedo.
En el juego amoroso, el ser humano utiliza múltiples máscaras y, más que ocultar, revela su posición precaria, marcado por la finitud, ser que no posee atributos divinos, y que para alcanzar el infinito necesita el concurso de otro ser: Anoche, en mi soledad habitual, me abrazaste y mimaste; besaste mi cuello y mi pelo y, después de gozar, me dormí en tus brazos. Pedro Sevylla de Juana nos da a conocer mundos que sólo los poetas son capaces de crear, mundos multidimensionales, en los que la flaqueza humana se trasforma en energía, y los valores de amistad y generosidad superan a las mezquindades de la vida diaria.
El autor no es un simple elemento del discurso; desempeña, además, un importante lugar expresivo en la obra: nos convida a embarcar en su veleiro de papel para ouvir as sereias.
Renata Bomfim, nacida en Vitória ES Brasil en 1972, se graduó en Artes Plásticas por la Universidade Federal do Espírito Santo. Es Mestre e Doutora en Letras, también por la UFES. Es Profesora de Literatura na Universidade. Miembro de la Academia Feminina Espírito-Santense de Letras. Miembro del Instituto Histórico y Geográfico do Espírito Santo (IHGE). Coordinadora de Vivências Socioambientais no Mosteiro Zen Morro da Vargem, em Ibiraçu. Investigadora y crítica literaria, forma parte del selecto grupo de especialistas en la vida y la obra de Florbela Espanca