por Pedro Sevylla | Dic 16, 2016 | CASTELLANO, poesía, Poesia, PORTUGUÊS, Relato, Tradução
No surgió de repente el poema; largo, alto, ancho y profundo poema titulado “El elevado vuelo del velero Nova Era”. Antes hubo de existir Valdepero y hubo de existir Brasil, y hubo de existir el Universo inacabado e inacabable; y la gente, los amigos, los sabios, los poetas, los educadores, los maltratados, los maltratadores, los esquilmados y los esquilmadores. Antes se tuvieron que poner mal, muy mal las cosas aquí, para que la gente quisiera marcharse; para que las personas, casi todas, en “algún momento de profundo desánimo”, como diría Manuel Bandeira, pensaran en Utopía, en la Vida Eterna o en el Más Allá.
Antes y después, son dos palabras, pero son dos tiempos, dos espacios, dos situaciones; los puntos de partida y llegada. «Paren este mundo, que me bajo», se oye decir a menudo cuando las cosas, las malas cosas van a más, cuando la solución se aleja, se aleja y se aleja. Cuando lo que se creía solución, incrementa el problema: teoría, proyecto, persona. Las ideas no paran; surgen y surgen atadas las cabezas a las colas. Representan un alivio para la fuente, esos manantiales llamados cerebros, que como el mío están en actividad constante, avanzando, dando vueltas en vacío o en lleno, descendiendo, elevándose; sin descansar ni de día ni de noche. Buscan soluciones al problema encontrado, dando vueltas a las cosas, mirándolas desde arriba y desde abajo, penetrando en el interior para llegar a su esencia, a su fundamento; creyendo que en la substancia, además del principio está el remate.
por Pedro Sevylla | Dic 1, 2016 | Arte, CASTELLANO, Cultura, ensaio, Ensayo, História, narração, poesía, PORTUGUÊS, Relato, Tradução
Acabo de consultar el diccionario de griego antiguo, aquel que usé en el curso preuniversitario para traducir la Ilíada de Homero. La edición es de 1954 y está compuesto por 1644 páginas con letra mínima. O sea, de confianza. Descomponiendo utopía en sus dos palabras originales, la primera, u, puede venir de ou o eu. No sé la que eligió Tomás Moro para dar nombre a su Isla. De ou, veo cinco entradas diferentes y varios significados: pues va desde símbolo de la letra ómicron, hasta el adverbio donde; pasando por distintas formas de negación según las circunstancias. Así que me inclino por eu, en castellano bien o bueno. La segunda parte no ofrece dudas, topia es una adaptación de topos, lugar. Así que, en mi opinión, Utopía sería El buen lugar.
Como concepto perteneciente al colectivo humano, esa sociedad ideal puede existir en algún lugar del Universo en estos instantes, o ser una tendencia general, un proyecto común hacia el que nos llevaban nuestros actos. En los alrededores hemos explorado todo; no está. Y más allá, no podemos ir en la actualidad. Así que, si en verdad la necesitamos, no nos queda otro remedio que hacerla juntos a mano. Es posible que todo tienda a la Utopía: que cada investigación, cada descubrimiento y cada invención nos acerquen. Que nos acerquen a la Utopía, no solo los hallazgos, también las búsquedas.
Existe un concepto que consideramos utópico, asumido en general como la máxima aspiración de las personas. Me refiero a la Felicidad. ¿Qué es la Felicidad? Parece ser que las persona, nos sentimos felices cuando estamos satisfechos de nosotros y de lo que nos rodea. En ese caso, la autoestima sería un punto de partida. Pero soy consciente de que todo esto es distinto en cada persona y, acaso, en cada momento. Al margen de los grados que la valoración personal considere alcanzados, para que la autoestima y, más aún, la felicidad se den, hacen falta una serie de condiciones sociales. No son muchas; y quizá nos baste con las que se desprenden de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 10 de diciembre de 1948.
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